Las imágenes difundidas desde México de edificaciones que se derrumban luego del sismo de magnitud 7,1 grados en la escala de Richter, conduce no solo al ciudadano del común, sino con mayor razón a quienes están interesados en adquirir vivienda nueva, a preguntarse si el inmueble que les ofrecen las constructoras soportarían un fenómeno de ese tipo.
Si bien, en algunas ciudades son más frecuentes los temblores que en otras, y que un terremoto no se puede predecir, ninguna ciudad en Colombia esta exenta de un evento como este.
Afortunadamente Colombia dispone de estudios, tecnología legislación urbanística e información sobre riesgos, así como unas normas de sismo resistencia exigentes que disminuyen los riesgos.
ES MI EDIFICIO SISMORESISTENTE?
Las normas sobre sismo resistencia en Colombia se empezaron a tomar en serio desde el terremoto de Popayán en el año 1984. Posteriormente se expidió la ley 400 de 1997, donde entre otras cosas, se empezó a hablar del término SISMORESISTENTE y no ANTISISMICO ( No hay nada contra los sismos), y así mismo se creó el reglamento NSR-10. Desde ese momento y hasta la fecha dicha ley ha tenido varios ajustes, la última en Junio de este año 2017.
Esto nos da la tranquilidad de saber que al menos por exigencia legal, muchas de las construcciones de al menos 30 años para acá, cuentan con los requisitos técnicos para ser sismo resistentes. Y las que superan esta edad, hayan ajustado sus construcciones para cumplir con la norma. Para verificar que su construcción cumple con las normas, puede solicitar al constructor una copia de la licencia de construcción, y si quiere ir mas allá, solicitar a la curaduría que la expidió, el concepto del diseño estructural.
Algunos me preguntarán, ¿Y ante casos como el de Space en Medellin ¿Qué hacer?
Bueno, si se torcieron los magistrados de la corte, no podríamos esperar menos de un ingeniero estructural. Sin embargo, la única alternativa contra una situación así es comprarle a empresas serias, reconocidas y con años de trayectoria en construcción de vivienda que puedan demostrar que cumplen la normatividad técnica, y además tienen mucho más en juego, que la rentabilidad de un solo edificio.
Los métodos actuales de construcción de las edificaciones aceptan cierto nivel de daño. No significa que no se vayan a caer, si no, que en el más fuerte de los casos, las estructuras colapsen de una manera que haya mayor probabilidad de que existan mayor número de zonas, de lo que a raíz del terremoto de México ahora se conoce como los triángulos de vida.
Si es un temblor suave ¿Cómo se determina la afectación del daño en las estructuras? Para esto se recomienda contratar una inspección in situ de un Ingeniero Estructural. Los avances tecnológicos les permiten disponer de instrumentación sísmica que posibilita tener información precisa y rápida de las estructuras afectadas.
Si los constructores quieren ir mas allá de la norma en la construcción de vivienda se pueden incorporar desarrollos que mitigan el impacto de un movimiento, como los disipadores de energía o los aisladores. Esto será a la larga un factor importante para que los constructores empecemos a considerarlo como un valor agregado, mas importante tal vez, que los gimnasios y los spas.
Al comparar el costo y los beneficios del uso de este tipo de tecnologías para que las viviendas sean más seguras, el potencial comprador será quien finalmente tome la decisión.
Muy interesante